El escándalo de la ambigüedad - por #Batallitas
¿Se puede levantar un escandalo tremendo por lo que no dice un cuadro? Sí, si eres Manet. Veamos qué problema hubo con "El invernadero" (1879).
NOTA: Como hace un tiempo que no envío contenido por aquí, el amigo “Batallitas del arte y la historia” se ha ofrecido a hacernos este regalo. Una historia fantástica que desconocía
Os aconsejo muy mucho que os suscribáis a su contenido al final de la historia
El discreto escándalo de la ambigüedad
Cuando este cuadro se expuso por primera vez en Berlín, se armó un monumental escándalo: muchos en la ciudad consideraron la obra escandalosamente erótica e inmoral, y las crónicas cuentan que la mismísima emperatriz alemana se ruborizó nada más contemplarla. El follón llegó hasta tal punto que su esposo, el emperador Guillermo II, cambió la normativa de la Galería Nacional en cuanto a las donaciones como aquella, que a partir de ese momento debían ser aprobadas por él en persona ante de poder añadirlas a las colecciones de los museos estatales.
¿Pero por qué un lienzo a primera tan inocente podría montar un follón de estas características? La obra “En el invernadero” (Édouard Manet, 1879) no tiene desnudez como en otras obras célebres (y polémicas) del pintor, ni ningún elemento sugerente.
¿Qué problema hay?
Solo muestra a una pareja relajándose en un jardín. ¡Y además están casados, como muestran las prominentes alianzas que llevan en unas manos que casi se tocan!
Bueno, la ambigüedad es uno de los aspectos que convierten el arte en algo tan mágico. Y es algo que los pintores llevan aprovechando desde el inicio de los tiempos para que nos pasemos siglos haciendo conjeturas sobre su significado e intenciones. Y Manet es un pintor muy especial en este sentido, pues sus cuadros se vuelven más complejos, fascinantes y ambiguos cuanto más los contemplamos.
¿Qué conclusiones podemos sacar de la relación existente entre estas dos personas? ¿La esposa muestra indiferencia o desapego hacia el marido por no prestarle atención y preferir mirar a lo lejos? ¿Acaso ya se ha aburrido de él? ¿No es un matrimonio feliz?
¿O la interpretación es que hay una gran complicidad entre ellos? La forma en que el hombre se inclina desenfadadamente en el banco junto a la mujer parece sugerir que existe una relación íntima y familiar entre los dos.
Sabemos que los dos están casados, de otra forma el pintor no habría colocado sus manos con las alianzas en una posición tan prominente. Sin embargo, las manos de los dos no llegan a tocarse. Tan cerca y a la vez tan lejos. ¿Acaso Manet quiere darnos a entender que existen problemas entre los dos? ¿O somos nosotros, el público, los que hemos interrumpido un momento de complicidad y restringido la intimidad que existía entre los dos hasta nuestra llegada?
La mujer lleva un guante en la mano derecha, pero la otra mano está desnuda (y el otro guante no puede verse por ningún sitio). Sus anillos de boda, como hemos visto, destacan porque están en el centro del cuadro y dirigimos nuestra mirada instintivamente hacia ese punto. Pero hay un detalle que a menudo se escapa al espectador: el cigarro que sostiene el hombre en su mano izquierda. Impide el contacto entre las manos de los esposos, ya que si ella acercase su mano hacia la de él, se quemaría con la brasa de la punta. ¿Quizá otro indicio de problemas maritales o indiferencia entre los cónyuges?
No lo sabemos, pero al final del día cada cuadro tiene tantas facetas como la imaginación del espectador quiera darle, posibilidades que solo describen la verdad cuando coexisten con otras perspectivas. Y quizá, como decía Heidegger, el verdadero arte del artista no sea la obra, sino la reacción que la obra provoca en el espectador.
Sea cual sea la verdad es que esconde, el cuadro de Manet nos recuerda que nadie, excepto de los integrantes de una pareja, entiende realmente las complejidades de su relación. Todo es demasiado ambiguo y complicado, como las obras del propio Manet.
Pero oye, ¿entonces por qué este cuadro armó tanto escándalo en el Berlín de 1896? Bueno, la forma en que interpretamos el arte y lo que tiene la capacidad de escandalizarnos son dos aspectos que cambian mucho con el paso del tiempo. La sociedad prusiana de finales del siglo XIX no solo era mucho más meapilas que la nuestra, sino que en la literatura de la época, los invernaderos eran lugares nuevos y excitantes, escenarios de aventuras y escenas eróticas, con su exuberante vegetación tropical.
Bibliografía/para saber más
https://artsandculture.google.com/story/xgUhEQX_zNc1LQ
https://smb.museum-digital.de/object/143664
Hubiera estado bien contar el porqué del escándalo del cuadro, y no limitarse a vaguedades y suposiciones vacuas.
Lo diré yo, a riesgo de equivocarme:
En el cuadro, ella lleva 2 alianzas, símbolo de viudedad. Al morir, la mujer toma la alianza del difunto y se la coloca junto a la suya.
Y él, tiene una alianza.
Por lo tanto, el cuadro muestra a una viuda y un hombre casado muy (demasiado?) juntos (creo que el puro no significa nada, simplemente que el hombre es fumador)
Gran cuadro (y gran colaboración!).
Está guay lo que cuentas de la relación, pero mucho más interesante el último detalle sobre cómo diferentes épocas y culturas interpretan algunas ideas.